¿Qué es un itinerario didáctico?
Cuando hablamos de itinerarios es normal que nos venga a la cabeza la imagen de un grupo de turistas que pasean por una ciudad o un espacio geográfico con características singulares, ya sean culturales, históricas o naturales. Esta imagen también la asociamos a un grupo de personas que caminan dirigidos por un monitor o una guía.
El objetivo del guía es el de ofrecer a las personas que integran el grupo que realiza la visita, una información, una serie de datos que permitan a los visitantes hacerse una idea de por qué este espacio merece ser visitado.
Sin embargo, cuando estos itinerarios se relacionan con el mundo educativo, tienen objetivos sensiblemente diferentes y por eso reciben la denominación específica de Itinerarios Didácticos. Es por lo tanto muy importante, reflexionar sobre qué consideraciones específicas y concretas implica este enunciado, estableciendo con claridad lo que sería un itinerario turístico o cultural con otro orientado al desarrollo de la vida escolar y por tanto orientado a desarrollar el currículo y la legislación oficial del sistema educativo.
LAS DIFERENCIASa. En primer lugar, el guía en un itinerario turístico ordinario debe de tener en cuenta que su relación con el grupo de visitantes se reduce exclusivamente al momento de la visita. Por este motivo, las características de la información que se ha de ofrecer tienen que ir orientada a que el visitante, en el menor tiempo posible, se lleve las imágenes más significativas y las informaciones más relevantes posibles. El guía ha de tener siempre presente que una vez terminada la visita perderá la relación y el canal de información con los visitantes.
Por el contrario, un itinerario didáctico tiene varios tiempos de relación entre las posibilidades de ofrecer información y la visita. Para el grupo que realiza la visita de este tipo de itinerarios existen tres tiempos, tres etapas que permiten afrontar la información que se ofrece en el itinerario en tres momentos diferentes, con tres estrategias de información distintas, pero complementarias:
- Antes de la visita. Con antelación a la realización de la visita, los grupos pueden realizar varias sesiones preparando los contenidos que se van a trabajar. Estas sesiones las puede realizar el guía que va a dirigir el itinerario o el profesorado del centro que va a llevar al alumnado. Es importante entender que este trabajo previo no tiene por qué ser realizado por el guía, ni tan siquiera por el profesorado que les va a acompañar a lo largo de la visita, sino que puede ser una actividad de aula en la que pueden intervenir varios profesores, incluso de materias diferentes: lengua, historia, geografía, tutoría, etc.
El objetivo de estas sesiones no se reduce exclusivamente a adelantar información o sembrar una base informativa que posteriormente se puede complementar, ilustrar o ampliar a lo largo de la visita. La incentivación, la motivación o la búsqueda de la empatía con el objeto central del itinerario, en nuestro caso la figura de Miguel Hernández, forman también una parte importante de estas actividades previas. Esta primera aproximación tiene, además, la característica de que se realiza en el aula y por lo tanto la capacidad de ofrecer información, analizarla, e incluso de investigar es muy amplia.
El objetivo de estas sesiones no se reduce exclusivamente a adelantar información o sembrar una base informativa que posteriormente se puede complementar, ilustrar o ampliar a lo largo de la visita. La incentivación, la motivación o la búsqueda de la empatía con el objeto central del itinerario, en nuestro caso la figura de Miguel Hernández, forman también una parte importante de estas actividades previas. Esta primera aproximación tiene, además, la característica de que se realiza en el aula y por lo tanto la capacidad de ofrecer información, analizarla, e incluso de investigar es muy amplia.
- Durante la visita y a lo largo del recorrido previsto para el itinerario. Debido a que existe la posibilidad de trabajar la información con anterioridad, la misión del guía de la visita es sustancialmente diferente a la de un guía normal. La visita de un grupo que asiste a un itinerario didáctico ha de cumplir por lo tanto una serie de objetivos muy concretos y específicos, como por ejemplo:
. No tiene por qué centrarse en ofrecer una información cerrada. Los fallos, lagunas, o faltas de atención, pueden complementarse, corregirse, ampliarse... o antes, o una vez de vuelta al aula.
. Con frecuencia el alumnado no presta tanta atención como los turistas o visitantes que asisten a un itinerario ordinario. Por este motivo, la información ofrecida no debe de cumplir exclusivamente el objetivo de informar. Si centramos todo nuestro interés en la transmisión informativa y el alumnado, por la causa que sea, no atiende, la visita se quedaría totalmente vacía de contenido. Por este motivo, con frecuencia, este tipo de itinerarios ha de cumplir la misión de formar u ofrecer imágenes mentales que posteriormente pueden recuperarse, ampliarse o complementarse en el aula. El alumnado puede que se haya perdido o despistado al pasar por algunas zonas del itinerario, incluso es posible que no se entere de la información ofrecida, pero ha estado allí y sabe que ha estado en ese lugar y que se ha ofrecido una información. Por lo tanto debemos ofrecer alternativas que permitan recuperar esta información en un momento determinado.
- Actividades de después de la visita. Una vez de vuelta al aula, el profesorado, ayudado por los materiales de la visita y la información recogida, puede ayudar al alumnado a recuperar todo aquello que había perdido o no asimilado durante la visita. Igualmente, se puede ampliar, adaptar, asentar y complementar todos aquellos aspectos de información o de competencias básicas que ayuden al alumnado a potenciar el conocimiento central que en su momento motivó la visita.
Por este motivo, la información que se ofrezca a lo largo del itinerario debe de tener un componente fuerte de imágenes mentales, ejemplos, anécdotas, etc.
Por el contrario, un itinerario didáctico con alumnado tiene un fuerte componente de obligatoriedad y en consecuencia, grandes dosis de falta de atención y de dispersión a la hora de recoger y asimilar la información ofrecida. Por este motivo, el tipo de información a utilizar no debe de centrarse exclusivamente en la documentación sino que debe ofrecer parámetros más visuales, más periféricos, llamativos, que permitan más tarde ser retomados en el aula. Es por eso que los materiales didácticos complementarios juegan un papel fundamental a la hora de alcanzar los objetivos didácticos establecidos.
c. En tercer lugar, los materiales que se ofrecen de forma complementaria al visitante a un itinerario turístico ordinario suelen ser genéricos, cortos y sencillos de formato. El objetivo de estos materiales suele ser ofrecer en poco espacio una información detallada de las principales imágenes y datos que el visitante debe recordar o tener.
Por el contrario, por todo lo que ya hemos explicado en los apartados anteriores, los materiales son una parte fundamental de los itinerarios didácticos. Los materiales didácticos son el soporte fundamental de este tipo de itinerarios y los que posibilitan que podamos alcanzar el máximo rendimiento del alumnado. Por dicho motivo, este tipo de materiales han de tener en cuenta las prescripciones legales de los currículos que establecen los objetivos y contenidos que se han de trabajar en los niveles educativos a los que van dirigidos.
¿CÓMO ELABORAR UN ITINERARIO DIDÁCTICO?
A la hora de elaborar un itinerario didáctico conviene tener presentes una serie de cuestiones que nos pueden ayudar a que los materiales elaborados tengan más potencial didáctico y sean más efectivos. Algunas de estas cuestiones son:
A. Tener claro cuál es el objetivo central de la visita. Con frecuencia, hacemos visita sin tener claro el objetivo y lo que perseguimos con su realización. Este suele ser uno de los grandes problemas de la mala fama que tienen las visitas y los itinerarios didácticos.
Para potenciar el resultado y el efecto sobre el alumnado, conviene tener claro qué vamos a visitar y por qué.Para claros los objetivos conviene pensar en los siguientes aspectos:
a.1. ¿A qué nivel educativo va dirigida la actividad?
a.2. ¿Qué objetivos generales van a presidir el desarrollo de la actividad?
a.3. ¿Qué contenidos curriculares son los que vamos a trabajar a lo largo de la visita? conceptos, procedimientos y actitudes.
a.4. ¿Qué Competencias Básicas se van a trabajar a lo largo de toda la actividad propuesta?
B. Conocer bien el lugar que vamos a visitar, o en su caso buscar aquellas personas que nos puedan ayudar a aprovechar al máximo la visita.
En este sentido conviene disponer de conocimientos sobre:b.1. El lugar o población en donde se encuentra el lugar a visitar.
b.2. El lugar o espacio a visitar, sus características, los contenidos que van a servir de referencia para la visita, etc.
En este sentido, conviene elaborar dos dossieres sobre estos dos aspectos.
C. Elaborar o disponer de una propuesta metodológica y didáctica.
Un itinerario didáctico no es tan sólo una visita, sino una propuesta didáctica basada en tres momentos, como ya hemos comentado en líneas anteriores. En este sentido, a la hora de elaborar la propuesta didáctica de la visita, tenemos que tener en cuenta los siguientes momentos:c.1. Actividades para antes.
Antes de iniciar una visita didáctica conviene programar un tiempo de aula que prepare, incentive y proporcione la información que permita aprovechar al máximo la visita. Para elaborar esta propuesta hay siempre unos contenidos que nos pueden ser útiles:
- Programar el trayecto desde el centro al lugar de la visita: kilometraje, itinerarios, carreteras, poblaciones de paso, tiempo de viaje, etc.
- Presentar la visita, decir qué vamos a visitar, por qué, qué vamos a ver, cuál es su importancia, etc.
- Introducir contenidos que nos sirvan para aprovechar al máximo la visita: contenidos, terminología, datos, contornos culturales o históricos, etc.
c.2. Actividades para la visita.
Esta es la parte sobre la que ha de girar el peso fundamental la programación. Se trata de organizar la visita atendiendo a tres criterios:
a. Trayecto que se va a seguir en el itinerario, orden de la visita, lugares por los que se va a pasar, orden de la visita, etc.
b. Información que se va a aportar en cada uno de los lugares por los que se va a pasar. Para poder desarrollar bien esta apartado conviene prever qué material complementario a aportar, recursos informativos, textos, imágenes, anécdotas, etc.
Dentro de la información conviene tener prevista cuál de ellas vamos a utilizar o podemos aprovechar posteriormente en el aula.
c. Tiempo aproximado que se va aportar. Conviene hacer una previsión de tiempos de la visita. Con frecuencia la falta de control de esta variable hace que al final la actividad resulte pesada y por tanto improductiva y cansina, con lo cual podemos lograr el efecto contrario a lo que pretendíamos; hacer una actividad motivadora.
c.3. Actividades para después.
La finalidad de este momento es el de aprovechar y la información y las experiencias que hemos vivido durante la visita. A este respecto conviene tener previstas las siguientes cuestiones:
- ¿Qué información y experiencias de la visita vamos o nos interesa recuperar?
- ¿Qué metodología o propuesta educativa vamos a desarrollar para recuperar estos conocimientos y experiencias?
- ¿Qué recursos vamos a generar para conseguirlo?
- ¿Cómo vamos a evaluar todo el proceso?
D. Aspectos complementarios.
Además de todos los puntos anteriores, conviene también tener en cuenta algunos elementos que suelen incidir en la visita de forma positiva o negativa, y que no son estrictamente escolares o de contenido. Algunos de estos elementos pueden ser:
- Prever el tiempo atmosférico que puede producirse y aconsejar llevar elementos que lo puedan combatir con el fin de que la visita sea más cómoda:
. Ropa: calzado, gorra, bufanda, guantes, etc.
. Alimentos: agua, bocadillo, etc.
- Tener en cuenta tiempos de descanso y dónde se pueden producir. Buscar lugares donde sentarse, tomar un bocadillo, descansar, etc.
- Planificar la zona de llegada y de salida, con un espacio para poder esperar con seguridad, desahogarse un poco, jugar, seguridad, etc.
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